sábado, 19 de diciembre de 2015

El menos malo


Las urnas  están a punto de hablar. El tiempo y el desgaste ha dejado caer los grandes lideratos, tanto es así que los electores ya no perciben que ni un solo candidato represente el 100% de sus espectativas a cuatro años vista. Ya no es la hora de los mejores, es la hora de los menos malos.


Una de las cosas que me ha traído a la memoria esta película -que recomiendo- es que al personaje se le ocurre tirar gran parte de  ese dineral en una campaña electoral. Por supuesto no quiere ser elegido, no presenta propuestas salvo una "No vote a ninguno de los anteriores", el desenlace de este film lo dejo al sufrido lector, quien seguramente encontrará similitudes con la situación actual en España.


Me ha venido bien acudir a rescatar este recuerdo porque estamos en campaña electoral también. Los líderes y no tan líderes de los partidos políticos andan estos días de mitin en mitin dando cuenta de su existencia.  De los mensajes que están lanzando de cara a una legislatura plurilingüe como la que se avecina, no comment. De los partidos de toda la vida, más de los mismo. De los emergentes solo me queda por saber como se financian y si llevan algún lastre. Los minipartidos quedan solo para que les vote la familia y sus votos que no lleguen al 5% se repartan proporcionalmente todos los partidos que sí han pasado el corte.



El techo electoral es alto y cuesta llegar a él. No termina de convencer ningún mensaje y parece claro que estos comicios no cuentan con ningún líder que sobresalga. Quizás sea bueno, pero a la hora de elegir no te queda suficientemente claro cual es la mejor opción.



Siempre se puede recurrir a invertir esa tendencia de buscar al mejor y, asumiendo que nuestra clase política está caduca y los emergentes no terminan de aclararse sus ideas, toca tirar del manual del español inteligente. Emulando al ya tristemente desaparecido Richard Pryor protagonista de la peli, puede que no votar a ninguno de los anteriores sea la mejor opción.




 [1]

martes, 14 de abril de 2015

A Present for she

La verdad es que esta frase precísamente hoy tiene para mi todo el sentido del mundo, os cuento.

Estoy en el grupo de whatsapp de los padres (más bien madres) de la guardería donde llevo a mi peque. La persona encargada de su aula, una chica de unos 27 o 28 años se casa la semana que viene. Una de las madres ha tenido la felíz idea de hacer un regalo para su boda. Hasta aquí todo bien. Lo ha comentado y automáticamente se han empezazo a unir madres al tema, yo creo que unas por quedar bien y otras para no ser las únicas que no dan dinero para lo que consideran tan noble causa.

Ya en invierno hubo una sugerencia similar en navidad, acepté pese a que no creo nada en estas cosas. Esto de hacer regalos por el simple hecho de hacer un trabajo por el que ya recibes un salario no lo veo nada claro. Con esta tendencia cuando me entere que mi médico se casa, o el mecánico, o la abogada que me lleva los temas, les haré un regalo, que conociéndome puede ser perfectamente una caja vacía con una nota que diga "vale por lo que quieras que valga menos de un euro".

Bromas a parte, por supuesto que en esta iniciativa me voy a poner de perfil y voy a dejarla pasar.

Primero porque me parece una estupidez en grado sumo. Hacer un presente a una perfecta desconocida es un pasaporte directo a cagarla con el regalo, algo que pasan por alto mis compañeras.

Segundo porque la elección de ese regalo no va a ser colegiada, no como la recogida de fondos.

Tercero, quien se lo va a entregar va a quedar "chachiruli" con la profesora, ya que habrá conseguido poner de acuerdo al resto de ovejas en tener el detalle, quedando el resto en un meritorio segundo o tercer, o cuarto plano de esta historia.

Personalmente no soy alguien que se rasca el bolsillo merced a la idea de otros. Si quiero quedar bien, el regalo lo hago a nivel unilateral y no pringo a nadie. Además, a esta chica no la volveremos a ver.

Ni que decir tiene que esto no está ligado a su valía, que seguro la chica posee, pero sigo pensando que me parece tan prescindible y superficial como que un deportista de 20 años escriba su biografía.

¿a qué viene todo este ladrillo infumable? 

Porque he estado a punto de hacer esta misma reflexión en ese grupo de whatsapp, pero me lo han parado en casa. 

Estoy por coger la frase y que ha motivado a contar esto, enviarla al grupo y salirme.
Me sigue sorprendiendo la facilidad de algunos de manipular al resto para conseguir un único fin que es quedar bien. Me sigue sorprendiendo que haya gente que trague con estas historias y "por no quedar mal" se embarque en esa balsa. Me sigue sorprendiendo la gilipollez humana.

Lo que sí pienso hacer si me hacen la incómoda pregunta de colaborar es sonreir y decir "no tengo ese nivel de confianza con la profesora". Cada una que lo interprete como mejor le venga, lo más probable es que no lo entiendan a la primera y me pongan en el brete de tener que explicarlo. Miedo me doy.