lunes, 12 de diciembre de 2011

Nos quieren devolver a la peseta

Con asombrosa mediatidad y con un despliegue de medios sin igual, lograron convencernos en 2002 de las bondades de cambiarnos de pesetas a euros. "Que los precios no suben" "Todo va a valer igual". Si, ya vimos que sí. Una buena mañana le entran a uno ganas de pedirse un café en un bar y le da por pensar.
Un café con leche costaba en aquella España unas 110 pesetas -y ya nos parecía un robo- al cambio a euros 110 pts / 166.386 = 66 cts/€. Nos dijeron, que para evitar trabajar con tantos centimillos casi mejor redondeamos a 1 €.


El tema del café bien podría haber sido a 70 cts/€, una moneda de 50 cts y otra de 20 cts, lo cual habría supuesto un incremento de tan solo 6 pesetas, pasando a costar 116 pesetas, un 5.45 % -otro robo-. Pero, podríamos haber llegado a otra conclusión, menos lacerante para el maltrecho consumidor como improbable en la hostelería, bajar el precio redondeándolo a 65 o 60 céntimos de euro, unas 100 y 108 pesetas, una rebaja de -9% y -1.8 % respectivamente. Ojo, en el caso del precio más gravoso para la hostelería, el precio solo hubiera bajado un -1.8% !!!, mientras que un aumento para redondeo, observado como "normal" ya supone un 5.45%.


Tras este sencillo ejemplo, ahora viene lo realmente bueno, se redondeó a 1 € en base a subidas progresivas durante un año. Este aumento supuso encarecer el precio del desayuno nacional a un 51.26 %, 56 pesetas más. Ahora mismo raro es el establecimiento que te ofrece ese café con leche por debajo de 1.20, 1.30 o 1.50 €, 200, 216, 250 pesetas de las de antes, 81 %, 96 % y 127 % más caro que aquel inocente café de 2002 que recordemos que costaba 110 pesetas. Recuerden bien esta cifra señores, podría ser el tipo de cambio que nos den por cada euro que tengamos si nuestro banco patrio, la zona euro y Goldman Sachs deciden devolvernos a nuestra divisa patria.


Viendo lo fácil que es hacer las cuentas, ya pueden hacerse una idea de lo que van a perder, un -33.88 % de valor por cada euro que tengan ahorrado, y quién sabe, quizás se de este tipo de cambio en el mejor de los casos, no quiero pensar cual será el peor.


Si usted tiene 30.000 € en 2002 su valor en pesetas es de 4.991.580 ptas y ahora le van a dar 3.300.432,696 con lo que usted pierde por el camino 1.691.147,304 pesetas.

lunes, 3 de octubre de 2011

20 N, menudo día

Me ha costado, pero por fin me he sentado a escribir. 20-N, nada como la fecha en la que nos dejó el anterior Jefe del Estado (así prefiero recordarlo) para llevar a plebiscito a una gestión nefasta. Quizás tenga algo de simbólico que este número del calendario gregoriano suponga el final de un ciclo. El tiempo nos dirá si vamos de peor en peor, o de peor a mejor, independientemente de quien gane.
Me sorprende siempre lo mismo, que lo abstracto y lo poco concreto reine en los discursos de todos los partidos políticos como valiosa moneda de cambio hacia un electorado al que no volverán a convocar hasta dentro de 4 años. Me sorprende aún más que la mezcla de ninis, jasp, deshauciados, parados, arruinados y becarios vayan a las urnas y voten una opción sin informarse bien antes de ejercer tal acto de responsabilidad.

A los españoles nos funciona la bilis, segun nos vaya. Si la tragamos votamos al contrario, si la damos a probar, mejor seguir con lo que tenemos, lo que siempre funciona, el miedo a lo desconocido. Nada que ver con un examen concienzudo y estricto sobre las propuestas. Los partidos lanzan mensajes sin miedo y muchas veces sin escrúpulos, cuando solo dos tienen los datos necesarios para no meterse en camisas de 11 varas.

¿No sería más normal que salvo los sucesores de Cánovas y Sagasta, el resto se dedicara a informarse de verdad de lo que pueden hacer por recuperar nuestra maltrecha economía? Cualquiera que me lea, dirá que los altavoces de unos son los silbatos de otros, no digo que no, solo que como votante quiero compromisos a corto, medio y largo plazo, compromisos reales y tangibles, que luego vienen los del banco y no se paran a preguntar si has encontrado trabajo.

Estoy cerca de iniciarme en el complicado mundo del autoempleo, ya he terminado el estudio de mercado de mi/nuestras ideas comerciales, he calculado los costes de producción, los gastos medios, los gastos directos, los indirectos y sobre todo, los impuestos en forma de módulos que mi gobierno me va a cobrar gane o no dinero. Duro castigo a la iniciativa propia, una fórmula que bien conjugada nos sacaría de la crisis que sufrimos, pero no, a este paso volveremos al trueque o a la fórmula correcta que en los pueblos de esta piel de toro nos ha servido, el hoy por ti y mañana por mí, el conocido ahora como banco de tiempo.


Quizás la solución a todo este lío en el que el capital nos ha metido la tengamos nosotros y ese sistema del que no se pueden pagar intereses termine por ir ahogando poco a poco a los especuladores. Eso si, que nadie se llame a engaño, de seguir esta fórmula, no sería de la noche a la mañana, pero acabaríamos con un montón de chupatintas. Lo que es seguro que esta bestia creada por el hombre occidental llamada capitalismo, reaccionaría, nos volverían a subir los impuestos, pero hasta llegar a ese extremo, que nos quiten lo bailado.